Dentro de toda organización se establecen períodos de reflexión o de evaluación de resultados, en los que se analizan los caminos a seguir para lograr los objetivos propuestos. Estas fases implican un fuerte trabajo mental, puesto que al hecho de observar datos para convertirlos en información de valor, le sumamos el stress que implica saber que las decisiones tomadas conllevan descartar otras y claro está, aceptar sus riesgos.
¿Cómo minimizar el esfuerzo en estos períodos?