Para algunos actores puede ser realmente negativo caer en el «encasillamiento». ¿Sucede lo mismo con las marcas?
Existen ejemplos de un buen trabajo de branding, en el que algunos valores han sido «expropiados» por la marca, convirtiéndose en dueños de ellas. Si hablamos de seguridad en automóviles, sería muy extraño que alguien no pensara en Volvo. Si nombramos Apple, diseño aparecerá súbito. Y así otros casos en los que las empresas que hayan conseguido asociarse a unos valores, tienen un alto porcentaje de posibilidades de tener éxito en el mercado.
Retomando el ejemplo de los artistas, que son marcas andantes, es interesante que les asocien o les pongan ciertas etiquetas. Aunque sea el caso de la versatilidad, una característica codiciada entre los actores.
Carlos Jean como marca se ha encasillado con una nueva forma de hacer música colaborativa, Ballantines y su PlanB le han designado como un referente en España y ahora tiene CocaCola Music Experience, que continúa en la misma línea. Lo ha logrado mediante un buen análisis DAFO y adecuada estrategia de posicionamiento. En su caso todo un plus el asociarse al boom de la tecnología y comunicación social, algo que le permitirá proteger esa situación ventajosa en el tiempo.
Las marcas deben buscar su papel memorable en las vidas de sus clientes. Deben despertar emociones de tal forma que cualquiera pueda visualizar, escuchar o incluso sentir, tal como lo logran los grandes del séptimo arte o de la escena. Algunas marcas incluso nos transmiten lo que es «Destapar la felicidad».
¿Se te ocurren otros buenos encasillados?