Una vez escuche algo que me gusto “El marketing no es una batalla de productos, es una batalla de percepciones”, y casi a diario puedo constatar que esto es una realidad.
Si tenemos que ser sinceros, en innumerables ocasiones, muchos de nosotros basamos nuestras decisiones de compra en emociones y no en el raciocinio, es decir, la mayoría de las veces adquirimos un producto guiados por criterios emocionales, simbólicos y sentimentales y existen muchos estudios que avalan este tema, aunque por supuesto también tiene sus detractores como toda idea.
Lo que si es cierto, es que si las emociones y los sentimientos se manejan adecuadamente dentro de las campañas de publicidad y estas llegan a las redes sociales, pueden convertirse en virales, resultando sumamente beneficiosas para el producto, marca o servicio.
Y con esto no se trata de decir que hay jugar con los sentimientos de los que ven estos anuncios, se trata simplemente de representarlos a ellos mismos en una situación determinada, de crear una verdadera conexión, de estar mas cercanos, de plasmar deseos, expectativas, circunstancias y emociones, de tocar la fibra más sensible del espectador .
Hace poco vi un video que resume mucho de lo que estamos hablamos, un vídeo de esos que te hace reflexionar. Fundaseno, fundación que tiene como fin promover la información sobre el Cáncer de Seno, logra sensibilizarnos en solo 2 minutos.
Esta campaña ha sido presentada en las redes sociales y compartida a través de los hashtag #ProyectoLetras y #LaPalabraQueNadieQuiereVer, llegando a más de 95.000 mil visitas y reproducciones en solo 4 días.
Danone también ha dado a su campaña un toque muy emocional al referirse a la realidad actual de muchas familias españolas, 40 segundos de una visión infantil que de seguro a muchos nos toca de cerca.
Sea cual sea el medio (online, offline) una campaña de publicidad debería guardar una estrecha relación con los vínculos emocionales que en definitiva son los que hacen poder conectar con ellos y hacernos participes.
Y es que todos queremos emocionarnos y que nos emocionen.
