La Nube
Últimamente es la palabra de moda. «¿Tienes tus documentos en la nube? ¿Tienes tus aplicaciones en la nube? ¿No puedes acceder a tus documentos desde tu smartphone?…» son expresiones también usadas con frecuencia. Pero realmente, ¿qué es la nube o cloud computing?
El cloud computing consiste en tener documentos o aplicaciones accesibles permanentemente a través de internet. Esto implica en la mayoría de los casos que esa información y aplicaciones sean accesibles a través de navegadores webs tanto en equipos como en dispositivos móviles (smartphones, tablets, netbooks, videoconsolas, tvs, etc…).
Existen en la actualidad muchos tipos de nubes, tanto privadas como públicas, siendo la principal diferencia entre ellas las opciones de configuración de las mismas. Mientras que en una nube pública uno contrata unos servicios que ya le vienen dados (alojamiento de archivos, aplicaciones de correo electrónico, calendarios compartidos, etc…), en una nube privada es el propio departamento de IT quien gestiona los servicios que se les ofrece a los usuarios a los que se le da acceso.
A simple vista, las ventajas de uso que esta tecnología plantea son muchas, aunque también pueden encontrarse un número importante de inconvenientes.
Ventajas
Tenemos toda nuestra información siempre con nosotros.
Estamos operativos y dispuestos a realizar cualquier operación relativa a nuestro trabajo en todo momento y desde cualquier dispositivo.
El trabajo en grupo se simplifica enormemente usando este tipo de infraestructuras, puesto que se comparten aplicaciones y almacenes de documentos.
Suelen incluir sistemas de backup de la información automatizada.
Si cambio de dispositivo de acceso sigo teniendo toda la información y aplicaciones disponibles sin tener que configurar en dicho dispositivo otra cosa que la conexión a internet.
Diversos modelos de contratación de servicios, desde tarifas planas (google apps, icloud, Office 365, Ubuntu One, etc…) hasta tarifas por consumo de recursos (Amazon S3, etc…)
Son fácilmente escalables, es decir, que se pueden aumentar los recursos de manera muy sencilla en caso de que sean necesarios (almacenamiento, número de accesos a las aplicaciones, etc…)
Inconvenientes
En la mayoría de los casos, si no hay conexión a internet no tenemos nada.
La velocidad de proceso la determina el ancho de banda disponible.
Tenemos toda nuestra información sensible alojada en un lugar indeterminado que puede escapar de nuestro control debido a ataques informáticos, caída del servicio, etc…
Si no se es muy estricto con la organización, el espacio se vuelve completamente caótico y complicado de usar.
Las aplicaciones web son más caras de desarrollar y suelen aportar menos funcionalidad que las aplicaciones de escritorio.
Adaptar el software utilizado para que funcione en la nube puede ser muy costoso.
Conclusión
El cloud computing ofrece muchísimos beneficios siempre y cuando se exploten sus características y no se trate de simplemente hacer el mismo trabajo tradicional que se hacía en nuestra red local ahora a través de internet. Es una muy buena opción en empresas donde prime el trabajo en grupo ya que todos los usuarios tienen acceso a la misma información en tiempo real.
La garantía de éxito en la implantación está claramente relacionada con un buen análisis previo a la implantación de esta nueva tecnología por parte del departamento de IT de las empresas, ya sea interno o externo. Además es necesario un proceso de formación a los usuarios donde se muestren ejemplos del día a día, así como los puntos clave donde el cloud computing es claramente superior a la computación tradicional.
A nivel profesional en el mundo de las PYMEs se suele optar por soluciones mixtas que integren nubes privadas con las aplicaciones tradiciones cliente-servidor, puesto que de este modo se aprovechan las ventajas de ambas tecnologías. Esta es también nuestra apuesta y la opción que habitualmente ofrecemos a nuestros clientes.
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