El refranero español y nuestro sentido común nos dice que tener un amigo es algo positivo. En la época en la que vivimos, cobran una vital importancia el mundo online, los mails, las redes sociales, programas como Skype, que nos facilitan mantener el contacto con amigos de toda la vida, con compañeros de estudios, colegas de trabajo, etc, y que hacen que aparentemente tengamos una gran red personas en nuestras vidas.
Relacionarse es algo inherente al ser humano, nos necesitamos. Ahora bien, no todas las personas que pasan por nuestra vida, nos dejan el mismo impacto. En el terreno profesional, nuestra identidad digital y de empresa también se relaciona con un gran número de personas, y todas reciben un impacto, sobre nuestra imagen, en distinta forma.
En la virtualidad de una red social, observamos que existen “fans, followers, amigos”, gente con la que queremos mantener una buena comunicación. Si tuviéramos que escoger, elegiríamos mayor número de “amigos”? o menor número y mayor calidad? Seguramente todos querríamos más y más, pero parece que esto supone un reto de gran magnitud.
Generalmente hay un exceso de atención, en los datos cuantitativos, en relación al número de personas que integra una comunidad virtual (alrededor de una marca o persona) y se minusvalora la calidad en las relaciones de ese grupo. Por supuesto que el tamaño tiene importancia, pero de que serviría, un gran número de personas, que simplemente figuren y no van más allá en la relación. No aportan demasiado a la comunidad. Por el contrario, si hay individuos que se muestran interesados en cuidar esa vinculación, hacen de la comunidad un lugar más apetecible, con mayor cohesión y más agradable. Teoría de que el tamaño no importa y sí, la calidad. Seguimos hablando de redes sociales y comunicación, por lo de l doble sentido 😉
Cuando hablamos de marcas, es obvio que es mejor ser todo lo reconocido que sea posible, pero si queremos construir una unión duradera entre clientes, proveedores y entidades cercanas a nuestro ecosistema, tenemos que orientarnos a lograr calidad en nuestra comunidad.
¿Y cómo logramos esta calidad?
Pues cuidando y mimando a todos los miembros. Escuchando, conversando, descubriendo que les gusta y que les hace felices. Si conocemos bien a nuestra comunidad, más posibilidades tenemos de éxito, que se manifestará en tener una verdadera relación de amistad o de amor con ellos.
Por suerte, tenemos los medios para poder comunicarnos, ahora queda ver cuanto amor somos capaces de ofrecer.